27/08/2025

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Osobuco soñado: los dos bodegones porteños que lo hacen como nadie

El osobuco es de esos cortes que resumen la esencia de la cocina criolla: tiempo, fuego lento y sabor intenso. En Buenos Aires, hay dos bodegones que se convirtieron en referencia absoluta para quienes buscan este plato tierno, jugoso y lleno de carácter.

El encanto del osobuco en la mesa porteña

Si hablamos de gastronomía porteña, los bodegones ocupan un lugar de privilegio. Espacios donde la tradición manda, las porciones son abundantes y la cocina respeta recetas de toda la vida.

El osobuco tiene un protagonismo especial en esas cartas: un corte popular, con hueso en el centro, que necesita paciencia para alcanzar esa textura que se deshace con solo apoyar el tenedor. Y en Buenos Aires, hay dos direcciones obligadas para disfrutarlo como corresponde.

La Casona de Belgrano: el reino del Osobuco Rey

Ubicado dentro del Club Belgrano, este bodegón encontró la fórmula justa entre lo casero y lo gourmet. Su lema lo resume: "no somos un bodegón, no somos un restaurante gourmet: somos lo mejor de los dos".

Aunque su carta incluye empanadas, pastas y cortes clásicos, todos saben que acá el plato estrella es el Osobuco Rey. Un verdadero banquete de 2,5 kilos, pensado para compartir entre tres personas, que se cocina durante seis horas hasta alcanzar la perfección: carne tierna, jugosa y un puré cremoso con especias que completa el ritual.

La Casona abre solo por la noche, de martes a sábados, y recibe a comensales que llegan a Belgrano exclusivamente para probar su especialidad. Los mediodías de fin de semana, en cambio, quedan reservados únicamente para socios del club. Una experiencia que combina buena mesa con la mística barrial de las Barrancas de Belgrano a pocas cuadras.


Instagram @lacasonadebelgrano

La Ochavita: espíritu bodegón en Mataderos

En Mataderos, corazón de la tradición porteña, La Ochavita se ganó fama como uno de los bodegones más queridos. El ambiente lo dice todo: mesas de madera, decoración de época y la calidez de ser atendido por sus dueños, el Tano y Mariana, que recorren el salón como si recibieran amigos en casa.

La carta es extensa y variada, pero el plato que todos piden es el osobuco a la olla, cocido lentamente hasta lograr ese sabor profundo y contundente que lo vuelve irresistible. Claro que hay otras tentaciones: empanadas fritas de vacío, sándwiches de milanesa que son un clásico y pastas frescas que completan la experiencia.

La ubicación no puede ser mejor: en la esquina de Pieres 1399, a pasos de la avenida Alberdi, con varias líneas de colectivo que te dejan cerca. Y si vas en auto, el viaje se justifica con cada bocado.


Instagram @laochavita

Dos estilos, una misma pasión

Tanto en Belgrano como en Mataderos, estos restaurantes de Buenos Aires demuestran que la cocina porteña sigue teniendo rincones donde manda la tradición. El osobuco, con su hueso característico y su cocción lenta, encuentra en estos bodegones el escenario perfecto para brillar.

Ambos espacios, cada uno con su identidad, logran algo en común: transformar un corte popular en una experiencia gastronómica inolvidable. Y para quienes aman descubrir dónde comer en Buenos Aires, la respuesta está clara: entre el Osobuco Rey de La Casona y la olla humeante de La Ochavita.

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