02/07/2025

turismo

Puente del Inca: el rincón escondido de Mendoza que parece de otro planeta

Ubicado en plena alta montaña mendocina, el Puente del Inca es mucho más que una postal impactante. Esta estructura natural formada por sedimentos minerales y aguas termales es un sitio de valor geológico, histórico y espiritual. Visitado por exploradores, peregrinos, fotógrafos y aventureros, este rincón de Las Heras, Mendoza, sorprende con sus colores intensos, su biodiversidad andina y su conexión con el legendario Qhapaq Ñan, el antiguo camino del Imperio Inca. Ideal para una escapada distinta, donde la naturaleza habla con voz propia.

¿Dónde queda el Puente del Inca?

A solo 193 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, en el corazón de la Cordillera Principal, este sitio se encuentra sobre la Ruta Nacional 7, camino al Paso Cristo Redentor, que conecta Argentina con Chile. Está ubicado en el departamento de Las Heras, a 2.730 metros sobre el nivel del mar, en un entorno que combina aire puro, silencio de montaña y una energía difícil de explicar con palabras.

El trayecto en auto es una experiencia en sí misma: curvas escénicas, miradores naturales y un telón de fondo nevado en invierno o árido y ocre en verano. Se puede llegar en vehículo propio, excursiones organizadas o transporte público.

¿Por qué es tan especial este lugar?

Lo que parece una obra de arte surrealista es, en realidad, una estructura biomineral natural: el puente se formó con el paso de miles de años por el depósito de sales minerales (principalmente travertinos), que se fueron acumulando gracias al agua termal que brota en la zona.

Tiene 27 metros de largo y 8 metros de alto, y presenta tonalidades amarillas, ocres, naranjas y verdes que se deben a la mineralización del agua. Aunque existen puentes similares en otras partes del mundo, este es uno de los más fotografiados por su belleza singular.

Un sitio cargado de historia y leyenda

El nombre "Puente del Inca" se debe a relatos ancestrales que cuentan que caravanas del Imperio Inca atravesaban la zona rumbo a Chile, utilizando este paso natural. Hoy forma parte del Qhapaq Ñan, el sistema vial andino declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Además, conserva restos de lo que fue un hotel termal de lujo en el siglo XX, visitado por aristócratas y viajeros que buscaban las propiedades curativas de sus aguas, ricas en sodio, hierro y azufre, con temperaturas de hasta 34°C.

Se trata de uno de los lugares con mayor historia y cultura de la provincia de Mendoza.

Naturaleza pura: lo que vas a ver (y sentir)

La flora está compuesta por arbustos de alta montaña como la leña amarilla, y en los alrededores hay especies como tamarindos, álamos y rosales silvestres. En cuanto a la fauna, es común cruzarse con zorros colorados, aves andinas y, con algo de suerte, cóndores que sobrevuelan el cielo abierto del valle.

Además, hay senderos señalizados y miradores para observar el puente sin comprometer su estructura. Aunque no se puede caminar sobre él, la experiencia visual es más que suficiente para quedar maravillado.

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