10/07/2025
En el marco de la Semana de la Dulzura, Las Violetas, una de las confiterías más tradicionales de la ciudad, vuelve a ser noticia con su merienda "María Callas": una experiencia gourmet para dos personas que incluye infusiones, dulces, salados y todo el encanto de un salón de época. Ubicada sobre Av. Rivadavia al 3800, esta joya arquitectónica de fines del siglo XIX invita a hacer una pausa del presente y entregarse a los sabores clásicos de la pastelería porteña.
Fundada en 1884 y declarada sitio de interés cultural, Las Violetas no es simplemente una cafetería: es parte viva del patrimonio porteño. Su salón principal, con techos altos, vitrales franceses, mármoles italianos y boiseries doradas, transporta automáticamente a otra época. Es habitual encontrar turistas con la cámara en una mano y una medialuna en la otra, maravillados por un lugar que parece detenido en el tiempo.
Pero más allá de su estética majestuosa, el verdadero encanto está en la mesa. Y si hablamos de dulzura, hay una propuesta que no falla: la merienda "María Callas", una torre de tres pisos que ya es leyenda entre los fanáticos de la hora del té.
Diseñada para dos personas, esta merienda se presenta como un desfile de sabores cuidadosamente seleccionados:
Sándwiches de miga variados: desde el clásico jamón y queso hasta opciones más sofisticadas como roquefort con apio.
Medialunas frescas y masas finas artesanales.
Mini tortas con crema pastelera, frutas, mousse de chocolate y dulce de leche.
Infusiones a elección: té en hebras, café espresso o submarino.
Opcionales: jugo natural o copa de espumante, para quienes buscan un toque más elegante.
El precio actual es de $19.900 (julio 2025), una cifra que refleja no solo la calidad y la cantidad, sino también la ambientación única en la que se ofrece.
Entre las delicias más celebradas de la casa, se destaca una joya de la pastelería porteña: el postre Leguisamo. Creado en honor al famoso jockey Irineo Leguisamo, este postre combina hojaldre crocante, dulce de leche, frutas secas y merengue italiano. Suave y contundente a la vez, es un clásico que vale la pena probar aunque no forme parte de la merienda.
La confitería está ubicada en Av. Rivadavia 3899, justo en la intersección con Medrano, en el corazón de Almagro. Es muy accesible en transporte público: a pasos de la estación Castro Barros (Línea A) del subte y con múltiples líneas de colectivo que pasan por la avenida.
Horarios: abre todos los días de 6 a 1 de la madrugada, lo que permite disfrutar de su carta tanto para desayuno, merienda, almuerzo o cena ligera.
Consejo: si vas en pareja o con amigos, elegí una mesa junto a los vitrales. La luz natural durante la tarde transforma el salón en un escenario mágico.
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