26/09/2025
Aromático, esponjoso y cargado de tradición, el pan jalá es protagonista de cada Shabat y festividad judía. Prepararlo en casa no solo es más fácil de lo que imaginás, sino que también es una forma de conectar con siglos de historia desde tu cocina. Acá va la receta completa.
En el mundo de la gastronomía porteña, hay recetas que trascienden modas y épocas. Una de ellas es la jalá, un pan trenzado típico de la cocina judía que se prepara para el Shabat y otras celebraciones. Más allá de su importancia religiosa y simbólica, la jalá conquistó mesas de todos los estilos gracias a su textura suave, su sabor delicado y ese aroma inconfundible que invade la casa mientras se hornea.
Hacer jalá en casa es mucho más que amasar pan: es revivir una costumbre ancestral, compartir con los tuyos y disfrutar del placer de un pan recién hecho que combina perfecto con platos salados o dulces.
La magia de esta receta está en su simpleza. Con ingredientes comunes y un poco de paciencia vas a lograr un pan casero que nada tiene que envidiarle a los de panadería.
1 kg de harina común
2 huevos
½ vaso de aceite
2 vasos de agua tibia
½ vaso de azúcar
50 g de levadura
1 cucharadita de sal
Para pintar y decorar:
1 huevo batido
1 cucharada de azúcar
1 cucharadita de aceite
Sésamo (a gusto)
Tip: si querés una versión más saludable, podés reemplazar la mitad de la harina común por harina integral sin cambiar el procedimiento.
Tamizá la harina sobre un bowl grande y formá un hueco en el centro. Ahí vas a colocar la levadura, el azúcar y el agua tibia. Mezclá suavemente y dejá reposar unos minutos hasta que la levadura se disuelva y empiece a burbujear.
Agregá los huevos, el aceite y la sal, y comenzá a integrar todo hasta formar una masa. Amasá con energía durante varios minutos: el objetivo es lograr una textura suave y elástica.
Truco infalible: presioná la masa con un dedo. Si vuelve rápido a su forma original, está lista.
Dejá descansar la masa en un lugar cálido, cubierta con un paño limpio, hasta que duplique su tamaño. Este paso puede tardar aproximadamente una hora.
Una vez que la masa creció, dividila en bollitos y estiralos hasta formar bastones. Trenzá cada uno con cuidado para lograr la forma clásica de la jalá. Colocá las piezas en una asadera aceitada, dejando espacio entre ellas.
Mezclá el huevo batido con el azúcar y el aceite, y usá esta preparación para pincelar la superficie del pan. Por último, espolvoreá con semillas de sésamo.
Llevá la asadera a un horno precalentado a temperatura media y horneá hasta que las jalot estén doradas por fuera y suaves por dentro. El aroma que va a llenar tu cocina es parte de la magia de esta receta.
Más allá del resultado final, preparar jalá casera es en sí misma una experiencia. Desde el amasado hasta el momento de trenzar, cada paso conecta con siglos de tradición familiar y comunitaria. Y cuando el pan sale del horno, esa mezcla de textura esponjosa, corteza crujiente y sabor delicado conquista cualquier mesa.
Aunque nació como símbolo del Shabat y las festividades judías, hoy la jalá es parte del panorama más amplio de la gastronomía porteña, y no es raro encontrarla acompañando desde hummus y platos del Medio Oriente hasta mermeladas caseras en los brunchs del fin de semana.
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