28/11/2025
Directo desde Calabria, los turdilli se ganan su lugar entre los dulces caseros más ricos y sorprendentes. Con textura crujiente por fuera y tierna por dentro, estos "ñoquis dulces" se preparan con ingredientes simples y sin técnicas complejas. Ideal para quienes aman la gastronomía casera y los sabores tradicionales.
Aunque la gastronomía italiana suele asociarse a pastas, pizzas o gelatos, hay un postre que empieza a robar miradas: los turdilli. Originarios de Calabria, estos bocados dulces tienen una textura rústica y sabor especiado, perfectos para acompañar un café, compartir en familia o lucirse en una merienda dominguera.
Tradicionalmente se preparan en época navideña, pero cada vez son más elegidos como opción casera durante todo el año. La mejor parte: no hacen falta habilidades de pastelería ni ingredientes difíciles de conseguir.
Imaginá unos mini ñoquis, pero dulces, con aroma a cítricos y canela, bien dorados y bañados en miel. Eso es exactamente lo que vas a obtener.
Suaves por dentro
Crocantes por fuera
Sabrosos y tentadores
Ideales para compartir
Un golazo para quienes aman el sabor casero y buscan una receta fácil que impresione.

Solo necesitás elementos comunes que probablemente ya tengas en casa:
Para la masa:
Harina 0000 (500 g)
Sal (pizca)
Canela en polvo (1 cucharadita)
Ralladura de naranja o limón
Aceite de oliva (2 cucharadas)
Vino tinto seco (125 ml, se puede reemplazar por licor tipo anís o marsala)
Huevo (opcional)
Agua tibia (cantidad necesaria)
Para freír:
Aceite vegetal
Para el baño:
Miel (250 g)
Azúcar (2 cucharadas)
Jugo de naranja (opcional)
Extras para decorar:
Confites
Azúcar impalpable
Canela extra
Mezclar harina, sal, canela y ralladura de cítricos.
Agregar aceite, vino y el huevo si se usa.
Incorporar agua tibia hasta formar una masa suave y no pegajosa.
Dejar reposar 30 minutos cubierta.
Formar rollitos tipo ñoquis y cortar en trocitos de 2-3 cm.
Podés pasarlos por un tenedor o dejarlos lisos.
Freír en aceite caliente hasta que estén dorados.
Escurrir sobre papel absorbente.
Calentar miel con azúcar (y jugo de naranja si querés) sin que hierva.
Bañar los turdilli completamente y decorar al gusto.
Se conservan bien varios días si los guardás en un recipiente hermético. Perfectos para preparar con anticipación.

La mezcla de vino tinto con cítricos y canela aporta ese toque distintivo que remite a recetas antiguas y cocina de abuela. Podés optar por licor en lugar del vino, pero mantener los aromas es clave para lograr la esencia tradicional calabresa.
Aunque no se trata de un postre típico de los restaurantes en Buenos Aires, es una excelente idea para quienes aman descubrir recetas con historia y preparar algo diferente en casa. Una opción perfecta para completar una mesa familiar, sorprender invitados o acompañar una tarde de mates.
Si buscás sumarle a tu cocina un toque internacional sin gastar demasiado, los turdilli son una excelente forma de innovar con un dulce casero, simple y lleno de identidad.
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