Una receta porteña con alma de domingo

En una ciudad como Buenos Aires, donde la tradición gastronómica se transmite de generación en generación, los canelones ocupan un lugar especial. Su aroma es sinónimo de domingo en familia, de cocina con historias, de recetas que no pasan de moda. Y en esta temporada de bajas temperaturas, se convierten en la excusa perfecta para volver al horno y al sabor de lo hecho en casa.

La siguiente receta, ideal para turistas culinarios o vecinos de la ciudad que quieran redescubrir los platos de siempre, propone una versión clásica pero irresistible: panqueques finos, relleno de pollo cremoso y gratinado dorado que despierta los sentidos.

Paso a paso: cómo hacer los mejores canelones de pollo

1. La base: masa de panqueques caseros
En un bowl, mezclá 2 huevos, 1 taza de leche, 1 taza de harina y una pizca de sal. Batí hasta lograr una preparación homogénea, sin grumos. Cociná en sartén antiadherente, vuelta y vuelta, hasta que estén levemente dorados. Reservá los panqueques para el armado.

2. El relleno que enamora
En una sartén con un poco de manteca o aceite, salteá una cebolla y un diente de ajo picados. Sumá 2 tazas de pollo cocido y desmenuzado, una cucharada de perejil picado y mezclá bien. Incorporá 3 cucharadas de queso crema (o ricota) y 2 cucharadas de queso rallado. El resultado: un relleno húmedo, sabroso y muy fácil de trabajar.

3. Armado y presentación
Colocá una porción del relleno en cada panqueque, enrollá y disponelos en una fuente para horno apenas aceitada. Luego, cubrilos con salsa blanca, de tomate o una mezcla de ambas, según tu preferencia. Espolvoreá con abundante queso rallado.

4. El toque final: gratinado dorado
Llevá la fuente al horno fuerte (200 °C) por 20-25 minutos, hasta que la superficie esté burbujeante y gratinada. El aroma que sale del horno te va a decir cuándo están listos.

Una experiencia casera con espíritu gourmet

Serví los canelones acompañados de una ensalada fresca o pan de campo. Este plato no solo resuelve un almuerzo completo, sino que también se puede freezar sin problemas, ideal para tener una porción de sabor casero lista cuando más se necesita.

Comer estos canelones es revivir la cocina de la abuela, el calor del hogar y la Buenos Aires más auténtica. Ya sea en una casa de familia de Villa Urquiza, un bodegón de Almagro o un restó de San Telmo que revaloriza la cocina porteña, esta receta tiene el potencial de conquistar a locales y turistas por igual.