La polenta, de Lombardía a Buenos Aires

Llegó con los inmigrantes italianos y se instaló en la mesa porteña como una opción sencilla y económica. Tradicionalmente, la receta incluía maíz, salsa boloñesa y queso rallado. Hoy, los restaurantes en Buenos Aires reversionaron el plato con nuevos estilos: cremosa, al horno, frita o acompañada de salsas innovadoras.

Pero hay dos lugares que se destacan especialmente por cómo la transformaron en una experiencia gourmet sin perder ese espíritu casero de bodegón.

Saeta Café, un clásico de San Telmo

En pleno San Telmo, Saeta Café es historia pura. Fundado en 1962 por inmigrantes españoles, este bar icónico cerró en 2001 y reabrió sus puertas hace poco tiempo, conservando su esencia de siempre pero con un aire renovado.

Entre sus especialidades destaca la polenta con ragú de cordero y hongos, un plato de cocción lenta que transmite el verdadero sabor casero y reconfortante. Perfecto para los días fríos y para quienes buscan un bodegón con tradición y un menú porteño auténtico.

Dirección: Chile 602, San Telmo.
Horarios: martes a viernes de 8 a 24; sábados de 8:30 a 1; domingos de 8:30 a 20.

Instagram @saetacafe

Perón Perón Restó Bar, la polenta con identidad

En Palermo, San Telmo y Lanús, el Perón Perón Restó Bar se consolidó como un espacio que mezcla cocina popular con un giro gourmet y mucha identidad cultural. Todo en su carta gira en torno al universo peronista, desde los nombres de los platos hasta el ambiente del lugar.

Su propuesta estrella es el "Peroncho hasta los huesos", un osobuco braseado durante seis horas, servido con polenta en paellera. Una combinación potente, generosa y perfecta para compartir con amigos, acompañada de un buen vino argentino.

Direcciones:

• Palermo: Lavalleja 1388, lunes a sábados de 9:30 a 2.

• San Telmo: Bolívar 813, martes a domingos de 9 a 1.

• Lanús: 9 de Julio 1999, martes a domingos de 9 a 1.

Instagram @peronperonpalermo

Polenta porteña: tradición que nunca falla

Aunque la ciudad está repleta de propuestas gourmet, la polenta sigue siendo un símbolo de gastronomía porteña que conecta con la historia, la inmigración y la mesa familiar. Y si buscás dónde comer en San Telmo, Palermo o Lanús, estos bodegones son paradas obligadas para redescubrirla en versiones modernas y memorables.