Un bodegón con alma y recuerdos

Entre los restaurantes en Buenos Aires que recuperan la esencia de lo simple y lo entrañable, Ostende se gana un lugar especial. En este espacio del tranquilo barrio de Colegiales, la gastronomía porteña se mezcla con la emoción del reencuentro: acá todo invita a quedarse un rato más, como en esas sobremesas interminables en casa de los abuelos.

Desde los muebles de época hasta los detalles que evocan otra época, Ostende logra transportar a los comensales a los años 70. No es casualidad que su nombre recuerde al clásico balneario de la costa bonaerense: ese lugar de veraneos familiares y postales que quedaron grabadas en la memoria de varias generaciones.

Platos que abrazan el alma

La propuesta de Ostende está pensada para el disfrute: platos generosos, sabores caseros y un menú que mezcla carnes, pastas, arroces y frutos de mar. Todo con ese toque de cocina hogareña que reconforta desde el primer bocado.

Entre las entradas se destacan las rabas con alioli, las mollejas al verdeo con papas rejilla y las gambas a la provenzal. También hay opciones originales como los triángulos de mozzarella con salsa picante y pesto de kale, o los chipirones con salsa verde y pimentón. Y si te tira lo tradicional, la tortilla de papa rellena de mozzarella no falla.

Principales para todos los gustos

Los platos fuertes siguen la misma línea: sabor y abundancia. Algunos imperdibles son el arroz crocante con langostinos y tomates confitados, la paella Ostende con pollo y mejillones, el risotto de hongos o los fettuccini con frutos de mar y tinta de calamar.

También hay clásicos bien de bodegón, como la carne al horno con papas y batatas, o los sorrentinos de roast beef con salsa pomodoro. Y si te gusta compartir, podés optar por la milanesa de ternera a la napolitana, la de berenjena ahumada (para los vegetarianos), la suprema de pollo a la fugazzeta o el matambre de cerdo a la napolitana, todas con guarnición a elección.

El día de los ñoquis y la magia del encuentro

Ostende no es solo un restaurante: es un punto de encuentro. Cada 29 del mes, el lugar celebra el Día de los Ñoquis con menú especial, juegos y sorpresas escondidas debajo del plato. Una tradición que combina lo lúdico con lo sentimental, perfecta para disfrutar en familia o con amigos.

Postres y tragos con espíritu vintage

El cierre perfecto llega con los postres clásicos: el tiramisú casero, el flan tradicional con dulce de leche y chantilly, o el inconfundible flan Ostende con caramelo salado y chantilly de lima. Para los nostálgicos, el Almendrado con praliné de almendras y chocolate semiamargo es pura infancia en formato helado.

La carta de bebidas no se queda atrás. Además de una cuidada selección de vinos, el fuerte de la casa son los vermuts. El Vermut Ostende, el Mito de Ostende o el Amalfitana Tonic combinan hierbas, tónicas y sabores frescos para acompañar una tarde larga o una cena relajada.

Dónde comer en Colegiales

Ubicado en Virrey Loreto 3303, Ostende forma parte del circuito gastronómico de Colegiales, un barrio que combina calles arboladas con una movida culinaria en crecimiento. Ideal para una salida tranquila, una comida en pareja o una cena entre amigos, este bodegón es una parada obligada para quienes buscan reconectar con los sabores de siempre en un entorno que se siente como casa.