09/06/2025
En el corazón de Palermo, Merienda se presenta como un refugio gastronómico sin vueltas: platos caseros con sabor real, pan artesanal, hamburguesas contundentes, milanesas clásicas y opciones frescas para el mediodía. Con una ambientación simple y cálida, este restaurante logra enamorar desde el primer bocado, apelando a la memoria gustativa y al disfrute cotidiano.
En Buenos Aires hay rincones que logran sorprender sin estridencias, apelando a lo esencial: buena comida, ambiente agradable y atención sin pretensiones. En ese universo aparece Merienda, una esquina de Palermo que huele a pan recién horneado, que suena a cubiertos sobre platos generosos y que se siente como estar en casa... pero mejor atendido.
Frente a la Plazoleta William Morris, en Uriarte 2106, este restaurante encarna una de las búsquedas más actuales de la gastronomía porteña: volver a las raíces sin perder frescura ni creatividad. Aquí no hay fuegos artificiales, sino fuegos de cocina bien usados.
La carta de Merienda parte de recetas clásicas argentinas y las lleva a un terreno donde el producto manda y el sabor cuenta. Todo se elabora de forma artesanal: desde el pan que acompaña cada plato hasta los purés rústicos que completan las milanesas.
La estrella indiscutida es la hamburguesa Merienda: medallón jugoso (mezcla de roast beef y cerdo), provoleta, panceta, tomates asados, cebolla confitada y rúcula, todo dentro de un pan hecho en casa. Un festival de texturas y sabores que transforma un clásico urbano en una experiencia con carácter.
Otras opciones que valen la pena:
Milanesas de lomo: crocantes por fuera, tiernas por dentro. Se pueden acompañar con papas triple cocción, puré casero o una ensalada de hojas verdes con parmesano.
Penne rigate con ragú de hongos y huevo poché: intensidad, profundidad y un toque gourmet sin perder la sencillez.
Tibio bowl con polenta frita: perfecto para quienes buscan algo diferente, liviano y sabroso.
Ensalada Caesar: fresca, crocante, bien balanceada.
Merienda no se preocupa por ser instagrameable, y quizás ahí radica su mayor encanto. Las mesas son sencillas, la iluminación natural lo inunda todo y la esquina verde en la que se ubica le da un aire de pausa dentro del ajetreo urbano. Se puede ir a almorzar solo, en pareja o con amigos, y siempre habrá un rincón para sentirse cómodo.
Ideal para una pausa del trabajo, un almuerzo de fin de semana o incluso un brunch tardío. La atención es cercana y amable, sin vueltas.
El restaurante se ubica en Uriarte 2106, en una zona accesible de Palermo, frente a la Plazoleta William Morris. Ideal para llegar caminando si estás por la zona o en bici, aprovechando las ciclovías. También podés llegar en transporte público:
Líneas de colectivo: 34, 39, 55, 93, 108, 140, 151.
Subte línea B (Dorrego o Malabia): a 15 minutos caminando.
Bicisendas y estaciones de Ecobici cercanas.
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