04/08/2025
Pocos placeres se disfrutan tanto en Argentina como una buena picada, una pizza casera o una tarta recién salida del horno... y en todas ellas, el queso es el alma del sabor. Más allá del aumento constante en su valor, el consumo se mantiene firme y algunos fanáticos incluso gastan su aguinaldo entero para llenar la heladera. ¿Cuáles son los tipos más consumidos? ¿Qué rol cumple cada uno en la cocina porteña? Te lo contamos en esta nota con sabor local.
En Argentina, el queso no es un simple ingrediente: es parte del ADN culinario. Desde el desayuno hasta la cena, y en todas las estaciones del año, hay una receta que lo incluye. Y no estamos hablando de una pasión cualquiera: es tal el fanatismo que algunos llegan a gastar el aguinaldo entero en una compra de quesos surtidos para armar una reserva casera digna de gourmet.
La escena se viralizó en redes: un hombre mostraba orgulloso su compra de pategrás, cremoso, sardo, parmesano, provoleta, fontina y mozzarella. "Hombre con quesos, hombre feliz", comentó alguien con humor. Y aunque el chiste terminó con un guiño sobre los "intestinos tapados", la realidad es clara: el queso sigue siendo un alimento infaltable en la mesa argentina, aún cuando el bolsillo aprieta.
Según un informe de la firma Lácteos Azul, estas son las variedades que lideran el consumo local:
Versátil, suave y fundente. Es la estrella de pizzas, empanadas, tartas y toda preparación que busque sumar textura y suavidad. No falta en ninguna heladera argentina.
El corazón de la pizza porteña. Más firme que el cremoso y con un fundido característico, es clave en cualquier receta italiana made in Argentina.
De origen francés pero muy adaptado al paladar local, este queso blando y ligeramente ácido es ideal para sándwiches, tostados o para derretir en platos calientes.
El favorito de las pastas. Este queso semiduro, con sabor intenso y textura firme, se ralla sobre ñoquis, ravioles o risottos. Es el toque final que nunca falla.
También conocido como "queso de máquina", es el comodín de los sanguches escolares y meriendas familiares. Su textura elástica y su sabor suave lo hacen ideal para el día a día.
Comer queso en Argentina no es sólo una cuestión de sabor. Es una experiencia multisensorial que conecta con la infancia, con los recuerdos de domingos familiares, con las reuniones con amigos. Desde el aroma intenso de un provolone gratinado hasta el estiramiento infinito de la mozzarella en una fugazzeta con fainá, cada bocado activa una memoria.
Incluso los quesos semiduros como el reggianito o el cheddar añejado -más caros, pero cada vez más buscados- se están incorporando al repertorio porteño. Algunos los rallan, otros los degustan en tablas gourmet con pan de masa madre y un vino tinto.
Como todo placer gastronómico, el queso también tiene su "lado B". Los especialistas recomiendan no superar los 20 gramos diarios para evitar problemas como hipertensión, colesterol alto o intolerancias. Pero como bien saben los porteños: el equilibrio se encuentra en el disfrute consciente, no en la prohibición.
COMPARTE TU OPINION | DEJANOS UN COMENTARIO
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellos pueden ser pasibles de sanciones legales.
04/08/2025
Una experiencia única para los amantes del vino: cinco Bonarda de El Enemigo, cinco pasos de alta cocina y una cata guiada por Fabricio Portelli. leer mas
04/08/2025
Delicias de Europa del Este: la Karpatka polaca seduce con su textura crujiente y su corazón de crema. leer mas
Edición Nº 1846 correspondiente al día 05/08/2025 Domicilio comercial: Bs. As. | Tel: