Purmamarca y el impactante Cerro de los Siete Colores

Uno de los puntos más icónicos del viaje es Purmamarca. Este pequeño pueblo, ubicado a los pies del famoso Cerro de los Siete Colores, parece salido de una pintura. La formación geológica deslumbra por su paleta natural y cambia según la luz del día.

Caminar temprano por el circuito que rodea la base del cerro permite apreciar los colores en su máximo esplendor. El pueblo acompaña con su ritmo tranquilo, su iglesia histórica y la feria de artesanías que se arma en la plaza principal. No por nada fue elegido como el pueblo más bonito de Argentina por la ONU Turismo en 2025.

Salinas Grandes: el blanco infinito

A más de 3.300 metros de altura aparece uno de los paisajes más impactantes del norte argentino: las Salinas Grandes. Este desierto blanco genera una sensación de infinito difícil de olvidar y se transforma en un escenario perfecto para jugar con la perspectiva en fotos.

Además del impacto visual, el recorrido permite conocer cómo se realiza la extracción de sal y disfrutar del contraste entre el blanco intenso del suelo y el azul profundo del cielo. Un lugar que sorprende incluso a quienes creen haberlo visto todo.

Tilcara y el legado del Pucará

Tilcara es uno de los pueblos más elegidos para hacer base dentro de la Quebrada. Su ambiente cálido y su ubicación estratégica lo convierten en un punto ideal para recorrer la zona.

Allí se encuentra el Pucará de Tilcara, una fortaleza prehispánica parcialmente reconstruida en lo alto de una colina. Desde arriba, las vistas al valle ayudan a entender la importancia estratégica del lugar. El recorrido se completa con visitas al Jardín Botánico de Altura y a las Cuevas de Wayra y Aguirre, siempre con la recomendación de hacerlo acompañado por un guía.

La Quebrada de Humahuaca y el imponente Hornocal

La Quebrada de Humahuaca es el corazón de Jujuy. Este valle montañoso concentra pueblos, historia y paisajes que cambian a cada tramo. En Humahuaca, el Monumento a los Héroes de la Independencia marca uno de los puntos más simbólicos del recorrido.

Muy cerca se encuentra la Serranía del Hornocal, conocida como el Cerro de los Catorce Colores o el "Guardia del Norte". Su formación multicolor es impactante y la excursión suele recomendarse por la tarde, cuando la luz realza aún más los tonos del cerro.

Parque Nacional Calilegua: el verde inesperado

Después de tanta aridez, el Parque Nacional Calilegua sorprende con un cambio total de escenario. Este espacio protege una porción de las Yungas, también llamadas nuboselva o selva de montaña, donde la vegetación es protagonista.

Los senderos permiten adentrarse en un entorno completamente distinto, ideal para la observación de aves y el contacto directo con la naturaleza. Para quienes buscan experiencias más intensas, existe incluso la posibilidad de avistar fauna autóctona como el yaguareté o el lobito de río.

Un destino que invita a viajar distinto

Jujuy no se recorre apurado. Cada pueblo, cada cerro y cada camino proponen bajar un cambio y conectar con lo esencial. Para quienes están acostumbrados a pensar planes en clave urbana, como decidir dónde comer en Buenos Aires o descubrir nuevas propuestas de la gastronomía porteña, este viaje ofrece el contrapunto perfecto: silencio, inmensidad y cultura viva.

Lejos del ruido y cerca de la historia, Jujuy se presenta como un destino que deja huella. Un lugar donde los colores no son solo paisaje, sino parte de una identidad que sigue latiendo en cada rincón del norte argentino.