Un pedazo de identidad que se apaga

La Ciudad de Buenos Aires tiene una lista de Bares Notables que forman parte del patrimonio cultural porteño. Entre ellos estaba La Buena Medida, un bodegón de larga trayectoria que, después de múltiples intentos por sobrevivir, finalmente cerró sus puertas para siempre. Su historia lo ubicaba entre los restaurantes en Buenos Aires más antiguos, con un fuerte vínculo con la gastronomía porteña y la vida cotidiana de La Boca.

Un bodegón con raíces profundas en el barrio

Ubicado en Suárez y Caboto, justo frente a Plaza Solís -considerada el lugar fundacional del Club Atlético Boca Juniors-, La Buena Medida fue durante décadas un refugio de vecinos, trabajadores del puerto, inmigrantes y generaciones de familias que lo convirtieron en parte de su rutina diaria.

Según el Gobierno porteño, el bodegón abrió en 1930. Pero también existe otra versión: la del periodista y actual Ministro de las Pulperías y Bodegones de la III República de La Boca, Leandro Vesco, quien asegura que comenzó a funcionar en 1905, el mismo año en que nació Boca Juniors. En cualquiera de los casos, hablamos de más de un siglo de historias servidas entre mesas de madera y clásicos de la cocina local.

El alma de un verdadero bodegón

La Buena Medida no destacaba solo por su antigüedad, sino por lo que representaba. Con su estética tradicional, el mostrador curtido por los años y una carta de platos típicos como milanesa a la napolitana o carnes a la parrilla, el lugar conservaba el espíritu del bodegón porteño de antaño.

Su salón fue escenario de películas, reuniones de vecinos y momentos que quedaron grabados en la memoria del barrio. Para muchos boquenses, no era solo un lugar donde comer, sino un espacio donde se construyeron vínculos, historias y afectos.

Un cierre que golpea al barrio

El bodegón ya había atravesado momentos difíciles. En 2018 bajó por primera vez sus persianas debido a la caída del consumo y la situación económica. Tres años después, en 2021, reabrió gracias al esfuerzo de un vecino que buscó devolverle su rol social como punto de encuentro.

Sin embargo, la recuperación no alcanzó. La falta de renovación del alquiler y los costos crecientes hicieron imposible sostener la actividad. A fines de octubre se dio la despedida definitiva: vecinos, clientes fieles y turistas se acercaron a compartir el último servicio, en un clima cargado de emoción.

El cierre deja a La Boca sin uno de sus referentes históricos y se suma a la lista de Bares Notables que no lograron sobrevivir en los últimos años.

La Ribera y su legado gastronómico

Aunque La Buena Medida ya no esté, el barrio todavía conserva otros templos del sabor y la memoria, como El Obrero y Café Roma, dos clásicos que mantienen viva la esencia del sur porteño. Para quienes buscan dónde comer en La Boca, estos espacios siguen siendo testigos de la identidad de la Ribera y de la cocina que marcó a generaciones.