29/09/2025
En una ciudad repleta de bodegones tradicionales, Áncora rompe el molde con una propuesta diferente: sabores inconfundibles, platos generosos y precios amigables. Ubicado cerca del puerto y con capacidad para 60 personas, este restaurante es una parada obligada para quienes buscan dónde comer en Buenos Aires sin perder el encanto local.
Entre las opciones más queridas por los foodies que recorren restaurantes en Buenos Aires, Áncora se ganó un lugar especial. Alejado del bullicio del centro, este rincón ubicado en el Pasaje Pedro Zanni, cerca del puerto, se convirtió en un referente de la gastronomía porteña gracias a su ambiente cálido, su atención cercana y sus platos caseros llenos de sabor.
Con una capacidad para 60 personas, Áncora mantiene ese clima íntimo y familiar que hace que cada visita se sienta especial. Abre todos los días y recibe tanto a vecinos del barrio como a turistas que buscan salir del circuito tradicional sin resignar calidad ni tradición.
La propuesta de Áncora se destaca por el uso de ingredientes frescos y naturales, que dan como resultado preparaciones deliciosas y con ese toque casero que enamora desde el primer bocado.
Aunque muchos lo eligen para disfrutar un café con medialunas, tostadas o yogurt con granola en el desayuno, el verdadero fuerte del restaurante está en sus opciones de almuerzo y cena.
Durante el mediodía, el lugar ofrece un menú ejecutivo ideal para quienes trabajan en la zona y buscan comer rico sin gastar de más. Al caer la tarde, el ambiente se vuelve más íntimo, perfecto para compartir una comida en familia o una salida especial.
La estrella indiscutida del menú es el pappardelle casero con estofado de carne al hueso, un plato que combina tradición con sabor intenso y se convirtió en el favorito de muchos habitués.
También destacan el clásico revuelto Gramajo, el ojo de bife con puré de coliflor y salsa criolla y el sabroso chivito uruguayo con papas rejilla. Cada uno de estos platos mantiene la esencia porteña pero con un toque personal que los vuelve únicos.
Para cerrar la experiencia, el restaurante ofrece postres tradicionales que no fallan: flan con dulce de leche y crema, almendrado con praliné o un irresistible mousse de chocolate.
La carta de bebidas acompaña a la perfección, con etiquetas de bodegas independientes como Zaha, Riccitelli y Antro, además de espumantes y cócteles frescos.
Ubicado estratégicamente en la zona portuaria, Áncora es de fácil acceso tanto en transporte público como en vehículo particular. Varias líneas de colectivo -100, 108, 143, 33, 7, 115 y 150- tienen paradas cerca del restaurante.
Si preferís el tren, podés bajar en la estación Retiro de las líneas Mitre, San Martín o Belgrano Norte y caminar unos metros hasta el local. Gracias a su ubicación, es una opción ideal tanto para quienes viven en la ciudad como para turistas que exploran los sabores porteños.
En una ciudad con miles de propuestas gastronómicas, Áncora logra destacarse sin estridencias, apostando a lo que nunca pasa de moda: buena comida, ambiente acogedor y precios accesibles.
Si estás buscando dónde comer en Buenos Aires y querés salir del circuito de los bodegones tradicionales sin perder la esencia local, este restaurante cerca del puerto es una parada obligada. Áncora no solo conquistó a quienes viven en la ciudad, sino que también se convirtió en un clásico para todos los que disfrutan de la auténtica gastronomía porteña.
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