Un monumento a la epopeya del cruce de los Andes

El Cementerio de la Recoleta es uno de los puntos históricos y turísticos más visitados de la Ciudad de Buenos Aires. Entre sus más de 4.500 bóvedas, hay una que llama especialmente la atención: la tumba del general Tomás Guido, erigida por su hijo, el poeta Carlos Guido Spano, con piedras traídas desde la mismísima cordillera.

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Tomás Guido fue un personaje clave en la independencia argentina y acompañó al general José de San Martín en el histórico cruce de los Andes en 1817. En su testamento, expresó su deseo de ser enterrado en la cordillera, pero su hijo encontró otra forma de cumplir su voluntad: trasladó piedras desde allí hasta la ciudad y las utilizó para construir su tumba en Recoleta.

Una tumba distinta a todas

A diferencia de otras tumbas majestuosas y ornamentadas, la de Tomás Guido tiene un diseño austero, similar a una gruta. Las piedras andinas están acompañadas de detalles en mármol y vidrios, creando un espacio que transmite solemnidad y respeto. Más allá de su valor arquitectónico, este mausoleo encierra un profundo significado histórico y emocional.

Carlos Guido Spano falleció en 1918 y también fue enterrado en esta bóveda. Sin embargo, en 1929, cuando se cumplieron 100 años de la muerte de su padre, los restos del general Guido fueron trasladados a la Catedral Metropolitana, donde descansan junto a los de San Martín y otros próceres de la independencia.

Un imperdible para los curiosos de la historia

Visitar el Cementerio de la Recoleta es un viaje al pasado, un recorrido entre las historias de grandes personalidades que marcaron la historia del país. Y entre ellas, la tumba de Tomás Guido se destaca por su particular construcción y por el emotivo tributo de un hijo a su padre. Un rincón de los Andes, traído a Buenos Aires para recordar una de las mayores hazañas de nuestra historia.