Cuando el pan dulce deja de ser clásico y pasa a ser inolvidable

En el universo de la gastronomía porteña, hay tradiciones que se respetan... y otras que se reinventan. El pan dulce es una de ellas. Para quienes ya no se sienten representados por las frutas abrillantadas y las pasas, existe una alternativa que viene ganando fanáticos: panes dulces bien esponjosos, artesanales y con rellenos que directamente desbordan.

En el oeste del Gran Buenos Aires, una panadería de raíces italianas se convirtió en un verdadero imán para quienes buscan dónde comer en Hurlingham algo distinto durante las fiestas. Su secreto: recetas clásicas llevadas al extremo del placer.

Los Pinos: tradición italiana con espíritu rebelde

Los Pinos es una panadería histórica ubicada en Hurlingham, con décadas de trayectoria y una identidad bien marcada. El local sorprende desde la entrada, con murales pintados a mano y una impronta artesanal que se siente en cada producto que sale del horno.

Aunque el pan dulce es protagonista en Navidad y Año Nuevo, la filosofía del lugar es clara: acá no hay producción industrial ni atajos. Todo es 100% artesanal, respetando técnicas tradicionales pero con una vuelta de tuerca pensada para el público actual.

Pan dulce relleno: los sabores que todos buscan

Si hay algo que distingue a Los Pinos dentro del mapa de restaurantes y panaderías en Buenos Aires, es su apuesta por los rellenos intensos. Acá el pan dulce no acompaña: lidera.

Entre las versiones más pedidas se destacan:

• Pan dulce relleno de Nutella, ideal para fanáticos del chocolate.

• Pan dulce edición Dubai, con relleno de pistacho, uno de los sabores más buscados del momento.

• Pan dulce de chocolate blanco con pistacho, una combinación cremosa y potente.

Todos estos panes dulces tienen un peso aproximado de 1 kilo y se ofrecen desde los $38.000, convirtiéndose en una opción protagonista para la mesa de las fiestas.

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Clásicos que conviven con lo extravagante

Más allá de los rellenos explosivos, Los Pinos no abandona a quienes prefieren lo tradicional. En su mostrador conviven panes dulces clásicos, bien aireados y esponjosos, con versiones más jugadas pensadas para quienes buscan sorprender.

Esa convivencia entre lo de siempre y lo nuevo es parte del encanto del lugar y explica por qué cada temporada suma nuevos clientes que llegan recomendados por boca en boca o redes sociales.

El Stollen, una receta con historia propia

Además del pan dulce, hay otro producto que se ganó un lugar de culto: el Stollen. Esta receta, elaborada desde hace años por la panadería, es considerada una verdadera joya por los habitués del lugar.

Tan fuerte es su fama que muchos aseguran que incluso Diego Maradona lo elegía. Más allá del mito, el Stollen es uno de esos productos que refuerzan la idea de que Los Pinos es una parada obligada para quienes disfrutan de la pastelería artesanal con identidad.

Un destino foodie en Hurlingham

En tiempos donde las búsquedas de restaurantes en Buenos Aires se amplían más allá del centro porteño, Los Pinos se consolida como un punto fuerte en Hurlingham. Ideal para quienes están armando la mesa navideña, pero también para los que creen que el pan dulce puede disfrutarse todo el año.

La propuesta no solo invita a comprar, sino también a debatir: ¿vale más el clásico o el relleno hasta el borde? Una discusión que se repite cada diciembre y que acá encuentra argumentos sólidos en ambos bandos.