En la previa de Navidad y Año Nuevo, las tradiciones se mantienen, pero también se reinventan. En la mesa festiva argentina, el pan dulce sigue siendo un símbolo fuerte, aunque cada vez convive más con versiones alternativas que buscan nuevos sabores y se adaptan a distintos hábitos alimentarios.

En ese contexto aparece una propuesta que pisa fuerte: el pan dulce de chipá. Inspirado en la receta tradicional del chipá, este pan se prepara sin harina de trigo y sin gluten, usando almidón de mandioca y quesos. El resultado es una opción distinta, sabrosa y muy alineada con la gastronomía porteña actual, donde la creatividad manda.

Un pan dulce que juega de local... pero salado

A diferencia del pan dulce clásico, cargado de frutas secas y sabores dulces, esta versión tiene un perfil mayormente salado. Eso lo convierte en una alternativa ideal para sumar a entradas, mesas frías o picadas, algo cada vez más común en celebraciones informales, tanto en casas como en restaurantes en Buenos Aires.

La base es la misma lógica del chipá: queso, almidón de mandioca y una textura húmeda y elástica. El formato de pan dulce o budín le da un giro inesperado, perfecto para quienes quieren sorprender sin alejarse demasiado de sabores conocidos.

Por qué el pan dulce de chipá gana protagonismo

Este tipo de recetas crecen por varias razones. Por un lado, responden a una demanda real: opciones sin gluten, pero con sabor y carácter. Por otro, encajan con una forma más relajada de celebrar, donde la mesa se arma para compartir, picar y probar de todo un poco.

Además, es una preparación simple, sin técnicas complejas ni ingredientes difíciles de conseguir. Algo muy valorado cuando el calor aprieta y nadie quiere pasar horas en la cocina antes del brindis.

Los ingredientes clave de esta receta distinta

La receta se basa en pocos ingredientes, todos conocidos:

• Almidón de mandioca

• Huevos

• Leche

• Aceite neutro

• Quesos rallados (semiduros y finos)

• Sal y polvo de hornear

A partir de esa base, se pueden sumar opcionales como cubos de queso para el interior o frutos secos y semillas para darle más textura. Esa flexibilidad es parte de su encanto y explica por qué empieza a aparecer también en propuestas de dónde comer en Palermo, San Telmo o barrios con movida foodie.

Paso a paso: simple, rápido y sin vueltas

La preparación no tiene misterio. Se mezclan primero los secos, luego los líquidos y, por último, los quesos. No hace falta batidora ni técnicas especiales. La clave está en lograr una mezcla espesa y pareja, sin sobretrabajarla.

Una vez en el molde, va al horno hasta que esté dorado por fuera y firme al tacto. En menos de una hora, el pan está listo para salir a la mesa, caliente o frío.

El secreto para que salga perfecto

Hay dos puntos fundamentales para que el pan dulce de chipá quede bien:

• No sobrebatir la preparación, para no perder la textura

• Elegir quesos de buena calidad, que aporten sabor y humedad

Un tip útil es cubrir el molde con papel aluminio en los últimos minutos de cocción si se busca una miga más tierna. Es una receta que se banca bien el reposo, por lo que también sirve para preparar con anticipación.