15/04/2025
Escaparse a Mar del Plata en Semana Santa es más que una tradición: es una oportunidad para conectar con la naturaleza, recorrer paisajes únicos y entregarse a los sabores del mar. Desde clásicos restaurantes del puerto hasta cervezas artesanales y postres bien locales, la ciudad ofrece un recorrido culinario que acompaña a la perfección sus playas, sierras y propuestas culturales. Ideal para un finde XXL con sabor a frescura y tradición.
A solo 400 km de Buenos Aires, Mar del Plata se consolida como el destino ideal para una escapada gastronómica durante Semana Santa. Con temperaturas suaves y días más largos, la ciudad se convierte en el escenario perfecto para pasear, relajarse y, sobre todo, comer rico.
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El gran protagonista de esta época es, sin dudas, el marisco fresco. En el puerto marplatense, restaurantes como La Casa Vieja, Puerto Gallego o el clásico Chichilo ofrecen platos que respetan el producto local y lo presentan con toques contemporáneos:
Rabas crocantes
Paellas abundantes
Corvina grillada
Cazuelas de mariscos
Langostinos al ajillo
Los precios son variados, con opciones desde los $8.000 por persona en menú completo, hasta propuestas más gourmet que pueden superar los $15.000.
Para quienes buscan un plan más relajado, los food trucks cercanos a la Banquina de Pescadores ofrecen sandwichs de pescado y empanadas caseras para comer al paso, con vista al mar y al ritmo de las gaviotas.
A lo largo del día, la ciudad despliega su tradición pastelera en cada esquina. Cafés como La Fonte D'Oro, Boston o Manolo se llenan de medialunas recién horneadas, churros con dulce de leche y alfajores marplatenses que se disfrutan mejor con una vista al mar.
¿Lo imperdible? Probar el helado artesanal de Italia, Al-Pi o Helados Trevi, todos con sabores estacionales, fruta fresca y elaboración cuidada. También podés darte una vuelta por alguna panadería artesanal en la zona de Güemes, ideal para llevarse un souvenir dulce.
Para cerrar el día, nada mejor que una birra fría o un cóctel con gin marplatense. En el circuito de cervecerías de la calle Olavarría -como Antares, Baum o La Paloma- podés encontrar estilos para todos los gustos: desde IPA intensas hasta cervezas rubias más suaves.
Los fanáticos del gin tienen que conocer marcas como Restinga o Bosque, ambas producidas en la zona, con botánicos locales y una estética cuidada. Ideal para un gin tonic al atardecer.
Más allá de la comida, Mar del Plata ofrece 47 kilómetros de costa para caminar, andar en bici o simplemente descansar frente al mar. A solo media hora del centro, la Laguna de los Padres y la Sierra de los Padres invitan a un picnic entre árboles, pesca o una caminata tranquila.
Para quienes prefieren lo cultural, la ciudad tiene una agenda activa todo el año: obras de teatro, espectáculos musicales, ferias y museos como el MAR o la Villa Victoria Ocampo.
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