05/12/2025
Si querés cerrar tu comida navideña con algo fresco, rico y sin horno, la carlota de duraznos es la opción ideal. Cremosa, liviana y con ese toque ácido de lima que la vuelve irresistible, este postre se prepara en pocos pasos y queda perfecto después de una noche de platos abundantes.
En plena temporada de calor y reuniones familiares, encontrar un postre que no dé trabajo ni requiera horno es un alivio. La carlota de duraznos -muy popular en México- se adapta perfecto a la gastronomía porteña: es suave, fresca y combina textura cremosa con el dulzor de los duraznos en almíbar.
Además, es una receta accesible incluso para quienes no suelen cocinar postres. Solo necesita un descanso en heladera para lograr esa consistencia tipo "tarta fría", ideal para coronar una mesa festiva.
300 g de queso crema
370 g de leche condensada
200 ml de leche evaporada
480 g de duraznos en almíbar
120 ml de jugo de lima
200 ml de crema de leche
2 paquetes de galletitas María
200 g de galletitas María trituradas (para la base)
90 g de manteca derretida (para la base)
Para lograr un fondo firme y sabroso:
Mezclá las galletitas trituradas con la manteca derretida.
Presioná la mezcla en la base del molde, formando una capa pareja.
Llevá a la heladera por media hora para que quede bien compacta.

Escurrí bien los duraznos y guardá el almíbar para humedecer las galletitas más adelante. Procesalos hasta obtener un puré liso.
Batí el queso crema hasta que quede suave.
Sumá la leche condensada y mezclá bien.
Agregá la leche evaporada y la crema de leche fría.
Incorporá el puré de duraznos.
Por último, añadí el jugo de lima lentamente, batiendo suave. Este toque no es solo sabor: es lo que va a espesar la mezcla. Cuando notes que empieza a tomar cuerpo, dejá de batir.

Con la crema lista:
Colocá una capa sobre la base.
Sumá una capa de galletitas (podés remojarlas con el almíbar o usarlas secas).
Repetí alternando crema y galletitas hasta llegar arriba.
La última capa debe ser siempre de crema.
Tapá con film y dejá reposar toda la noche en heladera. Al día siguiente, la carlota va a estar firme y lista para desmoldar.
Podés terminarla con láminas finas de durazno y un poco de galleta triturada en los bordes. Sin complicaciones y con pinta de postre profesional.

Este postre es liviano, fresco y perfecto para acompañar bebidas suaves. Va muy bien con café, té, limonadas o incluso un vino dulce como un moscato.
Para quienes buscan ideas de gastronomía porteña para las fiestas, esta carlota de duraznos es una opción ideal: rendidora, deliciosa y sin horno.
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