Un bodegón con alma de potrero

En Buenos Aires hay bodegones... y bodegones con historia. Bodegón Caballito pertenece al segundo grupo. Ubicado en Nicasio Oroño 566, este restaurante funciona dentro del Club Caballito Juniors, una institución barrial fundada en 1939 que todavía hoy vibra con el deporte amateur, especialmente el futsal.

El restaurante no está a la vista desde la calle: hay que atravesar el portón del club para encontrarse con este salón de paredes cubiertas de banderines, copas y fotos futboleras, con televisor sintonizado en partidos y mozos que tratan a los comensales como habitués, aunque sea su primera vez.

La comida: clásica, sabrosa y abundante

La carta de Bodegón Caballito es un homenaje a la cocina porteña de toda la vida. No hay fusiones, ni platos rebuscados: hay platos bien hechos, porciones gigantes y precios lógicos. El vacío es, sin exagerar, uno de los más elogiados de la Ciudad según las reseñas en Google. Tierno, jugoso y servido al punto, se puede compartir sin problemas.

Pero la verdadera estrella de la casa es la tortilla de papas: alta, dorada, bien rellena y servida en una fuente generosa que suele despertar aplausos apenas aterriza en la mesa.

Otras joyas del menú:

• Milanesa de carne (a la napolitana o clásica) con papas fritas crocantes.

• Ñoquis con salsa rosa, con porción doble y sabor casero.

• Entradas irresistibles: provoleta con morrón y huevo frito, buñuelos de espinaca, rabas crocantes.

Todo esto con precios más que razonables: por ejemplo, un plato principal ronda entre los $6.000 y $8.000, y se puede compartir entre dos.

Una experiencia con sabor a barrio

Lo que diferencia a este bodegón no es solo su comida, sino la experiencia completa. Comer en Bodegón Caballito es sumergirse en un ambiente de barrio, donde el fútbol, la buena onda de los mozos y las porciones desafiantes generan una sensación difícil de replicar.

No es raro ver mesas largas de familias, grupos de amigos festejando, o influencers gastronómicos grabando su reacción ante los platos. De hecho, la tortilla y el vacío se volvieron virales en TikTok y YouTube, con críticas que resaltan su tamaño, sabor y el precio justo.