La previa de Año Nuevo siempre viene con listas, compras de último momento y la eterna pregunta: ¿qué comemos? Si a eso se le suma el calor intenso, la respuesta aparece sola. Los platos fríos ganan protagonismo porque son prácticos, más livianos y permiten organizar la mesa sin pasar horas cocinando.

Así como durante el año muchos foodies porteños eligen restaurantes en Buenos Aires según el clima o buscan dónde comer en [barrio] cuando el calor no da tregua, en las Fiestas la lógica es la misma: menos horno, más heladera. Estas cinco recetas combinan frescura, sabor y simpleza, y funcionan perfecto para compartir en familia.

Arrollado de pionono con ricota y espinaca

El pionono salado es un clásico infaltable de las mesas festivas argentinas, sobre todo cuando se busca algo rendidor y fácil. En esta versión, se rellena con ricota fresca, espinaca cruda picada, zanahoria rallada y un toque de queso crema.

Bien condimentado con sal, pimienta y nuez moscada, se enrolla con cuidado y se deja reposar en la heladera. Al cortarlo en rodajas, aparece un plato fresco, suave y lleno de textura. Una opción que se adapta a distintos gustos y que siempre suma variedad a la mesa.

Ensalada de pollo, apio y manzana verde

Refrescante, liviana y con un equilibrio ideal entre lo salado y lo ácido. Esta ensalada combina pollo cocido y desmenuzado con apio picado, manzana verde en cubos y nueces trozadas.

El aderezo, a base de yogur natural, mostaza y jugo de limón, aporta cremosidad sin resultar pesada. Servida bien fría sobre hojas verdes, es una alternativa que suma proteínas y frescura, perfecta para los días de calor intenso y para quienes buscan platos más equilibrados en Año Nuevo.

Gazpacho criollo bien frío

Las sopas frías son grandes aliadas del verano, y el gazpacho es una de las más rendidoras. Tomates, pimiento rojo, pepino, ajo y cebolla se licúan junto con pan remojado, aceite de oliva, vinagre y condimentos.

El resultado es una preparación liviana, colorida y muy refrescante, que se sirve bien fría y se puede completar con cubitos de verduras frescas por encima. Funciona como entrada o acompañamiento, y aporta un descanso ideal entre platos más contundentes.

Matambre arrollado frío, un clásico que no falla

En cualquier mesa de Año Nuevo argentina, el matambre tiene su lugar asegurado. Hervido, relleno y servido frío, es uno de esos platos que se pueden preparar con tiempo y cortar al momento de servir.

El relleno clásico de espinaca, huevo duro, morrón y zanahoria aporta sabor y color. Una vez frío, se corta en rodajas finas y se acompaña con ensaladas o hojas verdes. Tradicional, rendidor y pensado para compartir sin apuro.

Vitel toné versión light

El vitel toné no puede faltar, pero en esta versión más liviana se adapta mejor a las altas temperaturas. El peceto hervido se sirve bien frío, cortado en rodajas finas, y se acompaña con una salsa más equilibrada.

Alcaparras, atún al natural, mostaza, queso blanco descremado y una pequeña cantidad de mayonesa light logran una textura cremosa sin exceso. Mantiene el espíritu festivo del plato original, pero resulta más amable para una noche calurosa.