El helado forma parte de la identidad gastronómica porteña. Lo elegimos para festejar, para levantar el ánimo y cada vez más, como excusa de paseo. Hoy, la escena de gastronomía en Buenos Aires se renueva con propuestas que mezclan técnica, creatividad y calidad. Si buscás dónde comer en Palermo o Recoleta algo dulce y memorable, esta guía es para vos.

Mamuschka: de la Patagonia al corazón porteño

La llegada de esta casa icónica revolucionó la escena local. Con su primer local en Palermo (Honduras 4658) y otro en Recoleta, Mamuschka propone helados artesanales inspirados en la excelencia de sus chocolates. Su filosofía "bean to ice cream" garantiza calidad desde el grano hasta el cucurucho. Más de 40 sabores -como cheesecake con berries o dulce de leche con brownie- se disfrutan en formato helado, y también podés llevar tabletas y bombones. Ideal para sentarse al aire libre estilo bistró y dejar que el tiempo pase lento.

Kuono: sabores que sorprenden cada seis meses

Ubicado en Gorriti 4812, Kuono tiene un espíritu joven y mucha personalidad. Su propuesta combina técnica artesanal con una búsqueda de gusto creativo: cambian sabores dos veces al año. Lichi, naranja sanguínea, pistacho con limón o mascarpone con membrillos son solo algunas opciones que te van a hacer querer pedir dos veces. Perfecto para quienes buscan experiencias distintas dentro de la gastronomía porteña.

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Schock BA: helado con historia y detalles únicos

Lo que empezó como un proyecto en Acassuso hoy llegó a distintas localidades bonaerenses e incluso cruzó fronteras hasta Michigan. Más allá del producto -siempre artesanal y cuidado-, cada local tiene su propia identidad. Algunos tienen un avión, otros una canoa colgando del techo. Entre sus hits están el sambayón con almendras caramelizadas y el marquise de chocolate con merengue flambeado. Un lugar donde el helado se vive como experiencia, ideal para una salida familiar.

Pot Helados: natural, auténtico y sin agregados

Nacida en Mercedes y hoy instalada en Recoleta (Montevideo 1208), Pot se hizo un lugar entre las preferidas por quienes buscan helado natural, sin colorantes ni saborizantes. Su identidad se basa en ingredientes de temporada y cercanía, lo que le da un perfil fresco y genuino. Atención veggie: todos los helados de agua son aptos para veganos. También tienen paletas heladas imperdibles.

Goodstën Creamery: helado hecho en el momento

¿Buscás algo diferente? Goodstën cambia las reglas del juego. Desde 2018 reinventa la forma de comer helado con fábrica a la vista y su famosa preparación Cold Rock, donde se mezclan toppings y salsa en vivo sobre una piedra helada. Además, proponen Bitës (bombones helados), cookies rellenas y paletas de diseño arquitectónico. Un plan ideal para quienes disfrutan explorar la innovación en los restaurantes en Buenos Aires.

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Finde Heladería: helados + postres = plan ideal de fin de semana

Con estética ochentosa y paleta pastel, Finde es una heladería que conquista desde el sabor y la ambientación. Más de 20 variedades de helado se pueden acompañar con postres como pavlova, key lime pie, cheesecake o brownies. Entre los gustos más originales están el Flat White, Peanut Butter y uno con chocolate blanco y pecanas acarameladas. Su local de Palermo -con terraza al aire libre- es perfecto para una escapada de fin de semana.

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¿Cuál elegís para este finde?

Cada una tiene su encanto: Mamuschka para relajarse como si estuvieras en Bariloche, Kuono para experimentar, Schock para los nostálgicos viajeros, Pot para los amantes de lo natural, Goodstën para jugar con texturas y Finde para quienes no conciben un helado sin postre.

En esta temporada, cuando buscamos dónde comer en Palermo, Recoleta o alrededores, estas heladerías se convierten en destinos gastronómicos por derecho propio. Porque en Buenos Aires, tomarse un helado también es una forma de viajar.