Puchero (Villa Luro): tradición porteña con un toque moderno

En el corazón de Villa Luro, Puchero redefine la idea de cantina contemporánea. Su carta abarca desde guisos y pastas hasta carnes, opciones veganas y meriendas, en un espacio cuidado con terraza, deck calefaccionado y hasta una cava escondida para eventos privados.

Las papas fritas de la casa son un espectáculo aparte: llevan un proceso de triple cocción que combina blanqueado en agua, fritura suave y fritura final a alta temperatura. El resultado es un contraste perfecto entre exterior crocante e interior cremoso. Se pueden pedir como guarnición o en porción individual, pero lo ideal es disfrutarlas junto a las milanesas XL que son un sello del lugar.

Dónde comer en Villa Luro: Av. Rivadavia 10300.

Mago Parrilla de Mercado (Belgrano): fuego, humo y sabor

En Belgrano, Mago celebra la cocina de parrilla con ingredientes de temporada, entradas variadas y embutidos de elaboración propia. Todo gira alrededor del fuego y se completa con una cava curada por la sommelier Marcela Rienzo.

Entre las guarniciones, las papas bastón de triple cocción se llevan los aplausos. Se sirven crocantes y doradas, con interior suave, y se pueden elegir en dos versiones: con provenzal clásico o con un original polvo de morrón y jamón crudo ahumado, elaborado artesanalmente en el restaurante.

Dónde comer en Belgrano: Monroe y Montañeses.

Todo Brasas (Villa Devoto): asado y papas rústicas

En Villa Devoto, Todo Brasas rinde homenaje al asado argentino con sus imponentes "jaulas de las carnes", donde cuelgan costillares y piezas de vacío a la vista.

Sus papas fritas bastón con cáscara mantienen un estilo rústico que potencia el sabor. Primero se refrigeran para asegurar una cocción pareja y luego pasan por una doble fritura que les da crocancia y suavidad al mismo tiempo. La carta ofrece la opción clásica con sal o una versión con provenzal fresco, que suma ajo y perejil recién picados.

Dónde comer en Villa Devoto: Av. Francisco Beiró 5016.

Aire Libre (Belgrano): un jardín urbano con estilo foodie

También en Belgrano, Aire Libre se presenta como un jardín gastronómico al aire libre, dirigido por el chef Julián del Pino. Su propuesta combina cocina porteña y técnicas contemporáneas, en un ambiente ideal para relajarse.

Las papas de este restaurante se elaboran con papa Garlic, en corte bastón clásico y con doble cocción: primero a 160 °C para sellar y luego a 180 °C para lograr el dorado justo. Se fríen en aceite alto oleico, lo que garantiza una textura uniforme. El plato estrella: la versión a caballo con huevos de campo a la plancha, un homenaje a la gastronomía porteña.

Dónde comer en Belgrano: Av. del Libertador 6327.

Granero (Rincón de Milberg, Tigre): cocina de estación y lujo rústico

En Tigre, Granero combina cocina casera de lujo, sustentabilidad y diseño en un ambiente cálido. Su menú apuesta a productos frescos de estación y técnicas cuidadas que respetan la esencia de cada ingrediente.

Las papas fritas de temporada se elaboran con variedades de Balcarce o Tucumán, según la cosecha, y se fríen en aceite alto oleico con un proceso de doble cocción que asegura crocantez y consistencia pareja. Se sirven como guarnición de carnes premium como el bife Wagyu Kobe o el lomo tournedo Angus.

Dónde comer en Tigre: Olivares 190, Rincón de Milberg.

Cinco paradas para un clásico eterno

De Villa Luro a Tigre, pasando por Devoto y Belgrano, estos restaurantes demuestran que las papas fritas son mucho más que una guarnición: son parte de la identidad de la gastronomía porteña.

Ya sea en corte rústico, a caballo o con un toque gourmet, estas versiones son ideales para foodies que buscan descubrir restaurantes en Buenos Aires donde lo clásico se reinventa sin perder su esencia.