El rincón verde que se transforma en polo gastronómico

Saavedra viene creciendo a un ritmo que sorprende incluso a los vecinos más históricos. Su cercanía con Núñez -zona cada vez más elegida por empresas que mudan sus oficinas- impulsó al barrio a convertirse en una especie de "nuevo norte" para quienes buscan restaurantes en Buenos Aires, espacios para caminar y una vida más relajada sin salir de la ciudad.

En ese escenario aparece Avenida García del Río, una traza que muchos confunden con una simple calle por su calma, pero que técnicamente es una avenida. Su sello es inconfundible: un boulevard central ancho, verde y silencioso, perfecto para pasear, correr, andar en bicicleta o simplemente tomar aire bajo los árboles.

Un corredor gastronómico que pisa fuerte

El tramo que se ilumina con más fuerza es el que va desde Avenida Cabildo hasta Pinto, justo donde la avenida se encuentra con el Parque Saavedra. Allí, el boulevard se vuelve aún más frondoso y se suma un detalle que enamora a las familias: la presencia de dos patios de juegos totalmente renovados.

Pero lo que realmente empieza a cambiar la movida es el nuevo corredor gastronómico que viene creciendo alrededor de la avenida. Hoy conviven propuestas relajadas con restaurantes más sofisticados, creando un combo ideal para quienes buscan dónde comer en Saavedra sin renunciar al verde ni a la tranquilidad.

Entre las opciones más destacadas aparecen:

• García del Mar, para quienes buscan una experiencia un poco más cuidada.

• Boulevard, otra alternativa más elegante dentro del barrio.

• Taki Bar y Rincón del Árbol, perfectos para una salida descontracturada con buena energía.

Y para los amantes de la merienda -dato imprescindible para cualquier foodie porteño-, Journal y Moshu son dos paradas obligadas.

A esto se suman los clásicos ya instalados frente al Parque Saavedra, como Dandy, Hormiga Negra y Leble, que completan la oferta sin perder la identidad barrial del lugar.

Un barrio que atrae el boom del norte porteño

Mientras Palermo y Belgrano siguen siendo los grandes polos de gastronomía porteña, el movimiento empieza a correrse hacia el norte. Saavedra aparece como el próximo protagonista: tiene verde, calma, buenos accesos y cada vez más propuestas culinarias que buscan alejarse del ruido sin renunciar a la calidad.

El crecimiento se nota incluso en obras urbanas que mejoran la vida cotidiana, como los nuevos juegos del Parque Saavedra, reforzando la idea de que el barrio se está convirtiendo en un destino ideal para una salida relajada, una caminata larga o una cena rodeada de naturaleza urbana.

Un paseo con historia bajo los pies

Detrás de la modernización, Avenida García del Río guarda una historia particular. Lleva el nombre de Juan García del Río, político y escritor colombiano del siglo XIX, pero antes no era una sola avenida: eran dos calles paralelas -23 de Febrero y 26 de Enero- separadas por el cauce abierto del Arroyo Medrano.

Con el entubamiento del arroyo y el crecimiento del barrio, los dos trazados se unificaron a fines del siglo XIX y dieron lugar a la avenida actual. Aunque hoy no se vea, el Arroyo Medrano sigue corriendo por debajo, marcando la identidad del lugar y dejando su huella en el relieve.

Muy cerca se encuentra el histórico Parque Saavedra, inaugurado en 1873 y considerado uno de los primeros parques públicos del país. La relación entre el parque y la avenida es directa: ambos crecieron como espacios verdes que acompañaron el desarrollo del barrio, incluso en tiempos de expansión inmobiliaria.

El equilibrio perfecto entre pasado, verde y gastronomía

A lo largo de las décadas, García del Río logró mantener su esencia: tranquila, arbolada y profundamente barrial. Incluso con nuevas construcciones y el aumento de vecinos, la avenida conserva ese aire apacible que la hace única dentro de la Ciudad de Buenos Aires.

Hoy, además de ser una de las zonas preferidas para vivir, se posiciona como un corredor en crecimiento, perfecto para quienes buscan un plan foodie al aire libre sin cruzarse media ciudad.