La Mónaco argentina: cuando rugían los motores frente al mar

Pocos lo recuerdan, pero en los veranos de 1984 y 1985, Mar del Plata fue el epicentro de una experiencia que aún resuena entre los nostálgicos: un circuito callejero por donde pasó la Fórmula 2 Codasur, una de las categorías más competitivas de Sudamérica. El trazado recorría íconos marplatenses como el Paseo Aldao, el Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos y la Escollera Norte.

Con algo más de 2 kilómetros de extensión, el circuito combinaba belleza escénica y desafío técnico. Los pilotos lo comparaban con Montecarlo no solo por el entorno costero, sino por la tensión y precisión que exigía. Así nació el apodo que aún perdura: la Mónaco argentina.

Un legado que perdura entre paseos, historia y vistas únicas

Aunque solo se disputaron dos competencias, la marca de aquel circuito aún se siente. En algunas curvas aún pueden verse restos de los antiguos "pianitos", y no faltan quienes, al caminar por la rambla, recuerdan el rugido de los motores mezclado con el murmullo del mar.

Ese legado inspira a muchos a redescubrir Mar del Plata desde otra perspectiva: la de sus rincones históricos, su costado elegante y la mezcla de adrenalina y mar que pocos destinos pueden ofrecer.

Qué hacer hoy en la Mónaco argentina

Para quienes buscan una escapada distinta, La Feliz ofrece más que sol y arena. Aquí, algunas paradas obligadas para sentir el pulso de aquel espíritu:

• Paseo Aldao: punto de partida del antiguo circuito. Hoy es ideal para caminatas junto al mar, con aire fresco y mucha historia.

• Escollera Norte: perfecta para fotos al atardecer, ver barcos pesqueros y respirar el ambiente náutico que aún define a la ciudad.

• Museo Juan Manuel Fangio (Balcarce, a 70 km): para quienes quieren extender el viaje, este museo rinde homenaje a uno de los grandes del automovilismo mundial, muy cerca de Mar del Plata.

• Rambla Casino - Torreón del Monje: zona clásica donde se mezcla el pasado aristocrático con la vida activa del turismo actual.

Una escapada con historia, elegancia y alma atlántica

Mar del Plata sigue reinventándose, pero sin olvidar su historia. Esa breve etapa en la que fue comparada con Mónaco habla de una ciudad ambiciosa, vibrante y con una fuerte conexión con el turismo internacional. Hoy, ese espíritu sigue vivo en cada rincón frente al mar, en los paseos costeros, en las postales desde lo alto de la Escollera, y en cada historia que los locales aún cuentan con orgullo.