26/05/2025
La marca Arroyito, nacida en plena pandemia, vuelve a sacudir el mundo goloso con un alfajor que rompe con todo lo establecido: nada de dulce de leche, nada de medias tintas. Solo pistacho. Crema de pistacho en el corazón, chocolate blanco o negro como cobertura y pistachos crocantes como corona. Una propuesta audaz, ideal para quienes buscan nuevas experiencias dulces en la ciudad de Buenos Aires.
Un clásico argentino con espíritu rebelde
Si algo parecía intocable en la repostería argentina era el alfajor de dulce de leche. Pero Arroyito, una marca joven con alma disruptiva, decidió desafiar esa lógica con una propuesta tan osada como tentadora: un alfajor completamente relleno de crema de pistacho, recubierto con chocolate blanco o negro y coronado con pistachos crocantes. Un verdadero lujo para el paladar que mezcla texturas, intensidad y sofisticación en cada bocado.
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¿Dónde conseguirlo y cuánto cuesta?
Este alfajor que parece sacado de una pastelería boutique está disponible a través de la web oficial de Arroyito por $35.000 la docena. También se puede encontrar en confiterías y casas de golosinas porteñas, con un precio que ronda los $2.800 por unidad. No es un capricho barato, pero sí una experiencia que justifica la inversión para los amantes del pistacho y la innovación pastelera.
La historia detrás del sabor
Arroyito nació en Tapiales, en pleno confinamiento pandémico. La idea surgió de Noelia, una joven con una receta familiar de alfajores que se destacaban por su generosa dosis de dulce de leche. Junto a su pareja, Nicolás, decidió convertir ese legado en un emprendimiento. Hoy, ya se ganaron un lugar en el mapa alfajorero nacional: fueron subcampeones del Campeonato Argentino del Alfajor 2024, obtuvieron la medalla de oro al mejor dulce de leche y se llevaron el bronce al mejor alfajor de confitería. Todo esto en apenas unos años.
Más que un alfajor, una experiencia gourmet
Comer este alfajor no es simplemente darse un gusto: es una pequeña ceremonia. La textura cremosa del pistacho, que se derrite en boca, combina con el crocante de la cobertura y los frutos secos. El chocolate blanco le aporta dulzura suave, mientras que el negro resalta el sabor tostado del pistacho. Ideal para un café de especialidad, una merienda diferente o como un regalo original para foodies.
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