1. Vitel Toné: el rey absoluto de las fiestas

Entre todos los platos que aparecen en diciembre, ninguno tiene tanta presencia como el vitel toné. Este clásico heredado de la cocina italiana combina peceto en láminas bien finas con una salsa cremosa y potente a base de atún, anchoas, mayonesa y yemas.

Lo mejor es que se sirve frío, ideal para bancar el calor de Nochebuena. Además, podés dejarlo listo con varios días de anticipación para que la carne absorba bien el sabor de la salsa. Para darle un toque más prolijo, decoralo con alcaparras y un toque de perejil picado.

2. Torre de panqueques: el centro de mesa más tentador

Si buscás algo vistoso, fresco y rendidor, esta torre es perfecta. Es una "torta salada" que se arma alternando panqueques con rellenos fríos y cremosos. Entre los más usados están la mayonesa, el jamón, el queso, el huevo picado, aceitunas y una buena variedad de vegetales frescos.

Una vez montada, se cubre con una capa fina de mayonesa o queso crema y se decora con tiras de morrón o huevo duro. Es un plato súper visual, ideal para sumar color a la mesa y que todos quieran repetir.

3. Pionono salado: un clásico que nunca falla

El pionono es otro infaltable de las mesas navideñas. Aunque existe en versión dulce, la estrella de las fiestas es el arrollado salado. Su masa esponjosa combina perfecto con rellenos fríos como jamón y queso, atún con morrones y huevo, o combinaciones más delicadas como palmitos con salsa golf y nueces.

Para que quede perfecto, conviene enrollarlo mientras todavía está tibio. Una vez listo, lo envolvés firme en film y lo llevás a la heladera antes de cortarlo. En la mesa, unas rodajas prolijas hacen toda la diferencia.

4. Bondiola braseada: sabor intenso sin complicarte

Aunque muchos optan por el asado, la bondiola braseada es una alternativa que queda festiva, tierna y llena de sabor. Requiere cocción lenta en horno u olla pesada, con caldo de verduras, cerveza negra o vino, mostaza, miel y especias como romero.

Este método garantiza una carne que se deshace. Podés acompañarla con un puré rústico de batatas y unas manzanas caramelizadas para lograr un contraste dulce y ahumado que levanta el plato al nivel gourmet. Una opción contundente para quienes quieren algo caliente pero práctico.

5. Matambre arrollado: tradición criolla en cada rodaja

Si tu mesa navideña pide sabor bien argentino, el matambre arrollado es la elección. Lleva trabajo, sí, pero el resultado compensa: el matambre se rellena con zanahorias, huevos duros, pimientos y perejil; luego se enrolla, se cose y se cocina en caldo hasta que quede bien tierno.

El detalle clave es prensarlo una vez cocido, para que mantenga la forma y se corte prolijo. Ya frío, se sirve en rodajas que muestran todos los colores del relleno y ese sabor criollo que nunca pasa de moda.

Una mesa fresca, tradicional y sin estrés

Estos cinco platos combinan lo mejor de la cocina navideña argentina: sabores conocidos, ingredientes accesibles y preparaciones que se pueden adelantar. Perfectos para una celebración relajada, rica y bien porteña. Porque en Navidad, más que cocinar horas, lo importante es compartir y disfrutar.