En una ciudad donde la gastronomía porteña convive entre recetas caseras y versiones de bodegón, saber cómo conservar bien este plato es clave para disfrutarlo sin preocupaciones, ya sea en casa o como referencia de lo que también se sirve en muchos restaurantes en Buenos Aires.

Un infaltable de Navidad y Año Nuevo

El matambre arrollado no falla en las mesas de fin de año. Su presencia es casi obligatoria tanto en Navidad como en Año Nuevo, y suele prepararse en cantidad. Eso hace que, inevitablemente, queden porciones guardadas para los días siguientes.

Ahí aparece la duda lógica: si está frío, bien envuelto y "se ve bien", ¿hasta cuándo es seguro comerlo? La respuesta no depende solo del aspecto, sino de varios factores clave.

Cuántos días se puede guardar sin riesgo

Cuando se conserva de manera adecuada, el matambre arrollado puede durar entre tres y cinco días en la heladera. Ese es el rango considerado seguro para su consumo.

Pasado ese tiempo, el riesgo de deterioro y contaminación aumenta, incluso si el plato no muestra señales evidentes a simple vista. En otras palabras: que "parezca bien" no siempre significa que lo esté.

La duración no es exacta ni automática, sino que depende de cómo se manipuló el alimento desde el primer momento.

Factores que influyen en su conservación

No todos los matambres duran lo mismo. Hay tres aspectos que influyen directamente en cuánto tiempo se mantiene en buen estado:

• La cocción: un matambre bien cocido parte con ventaja frente a uno que quedó justo.

• El enfriado posterior: dejarlo reposar hasta que esté completamente frío antes de guardarlo es fundamental.

• La forma de guardado: cómo y dónde se almacena hace una diferencia enorme.

Estos detalles, muchas veces pasados por alto en el apuro de la sobremesa, son los que determinan si el plato aguanta unos días más o se arruina antes de tiempo.

Cómo guardarlo para que dure lo máximo posible

La regla básica es simple: el matambre arrollado debe guardarse una vez que esté completamente frío. Nada de heladera apurada cuando todavía está tibio.

Una vez frío, hay dos opciones seguras: envolverlo en papel film bien ajustado o colocarlo dentro de un recipiente hermético. El objetivo es aislarlo del aire y evitar contaminaciones cruzadas con otros alimentos de la heladera.

Este mismo criterio es el que aplican muchos espacios de dónde comer en [barrio], especialmente bodegones y cocinas que trabajan con platos fríos y preparaciones anticipadas.

Las señales que indican que ya no va más

Hay signos claros que no se negocian. Si aparece alguno de estos, el matambre arrollado debe descartarse sin dudar:

• Olor ácido o desagradable.

• Textura viscosa o pegajosa al tacto.

• Cambios de color en la carne o en el relleno.

• Presencia visible de moho.

Estos indicadores son una advertencia directa de que el alimento ya no está en condiciones, más allá de cuántos días haya pasado en la heladera.