Un rincón europeo en el corazón de Villa Urquiza

Bonario se afirmó como una de las propuestas más atractivas para quienes buscan dónde comer en Villa Urquiza con una experiencia cálida, moderna y con identidad propia. El local nació del sueño de un grupo de amigos que quiso combinar tradición casera con tendencias actuales, logrando un espacio que se siente familiar sin perder sofisticación.

En la vereda, las mesas terracota, los maceteros enormes y los toldos crean un clima súper agradable para comer al aire libre. Puertas adentro, la madera, los colores suaves y un sillón protagónico dan forma a un ambiente luminoso y reconfortante, ideal para cualquier momento del día.

Una cocina que mezcla raíces familiares y técnica contemporánea

La carta de Bonario, liderada por el chef Sebastián Iraola, se inspira en recetas heredadas que se reinterpretan con técnicas actuales y productos frescos. Desde temprano se luce su costado cafetero con espresso, flat white, iced latte o caramel latte, acompañados de medialunas, brownies, granola bowls y opciones más completas como huevos revueltos con sweet bacon y mango.

Al mediodía, la propuesta se expande con entradas que combinan sabor y creatividad: boquerones con pickles, provoleta con mango y sriracha, buñuelos de espinaca y tablas de charcutería o quesos del norte. Son opciones ideales para compartir y empezar a descubrir la esencia mediterránea del lugar.

Los principales siguen ese mismo recorrido entre Europa y el Mediterráneo: New York Steak con papas rotas, milanesa de bife de chorizo con tagliatelle de espinaca, truchón patagónico, frittata de mar, musaka y goulash de hongos. Platos que expresan una cocina reconfortante, variada y pensada para todos los gustos.

Pastas, arroces y postres con espíritu mediterráneo

Uno de los capítulos más destacados del menú son las pastas y los arroces. Hay panzotti de mozzarella con cebolla caramelizada, ravioles de trucha y puerro, risotto de hongos con queso azul e hinojos asados o un risotto de espinaca con panceta y brie que se volvió uno de los preferidos de la casa. Sabores intensos, combinaciones equilibradas y un claro guiño a la tradición mediterránea.

Para el final, la pastelería también tiene su momento. La carta incluye flan de naranja, un brownie con caramelo salado y la clásica torta vasca con mermelada de naranja, un postre que continúa el guiño europeo presente en toda la propuesta.

Coctelería, vinos y un ambiente que invita a quedarse

La experiencia en Bonario se completa con una barra que combina tragos clásicos y creaciones propias como el Bona Vibra o el Bonario Spritz, además de vinos nacionales, cervezas y mocktails. Es una propuesta pensada para acompañar cada plato sin perder la identidad del lugar.

"Los buenos momentos se saborean" es la frase que define su espíritu: buena comida, diseño cuidado y un servicio amable que convierte a esta esquina de Villa Urquiza en uno de los destinos más recomendados dentro de la gastronomía porteña.

Bonario ya es una referencia para quienes buscan sabores mediterráneos y europeos en restaurantes en Buenos Aires que combinan calidez, estilo y una propuesta culinaria sólida. Una parada ideal para quienes disfrutan descubrir nuevos rincones del barrio.