En Buenos Aires, aún quedan rincones donde esta tradición se mantiene viva y cada postre se sirve con historia. Dos de esos lugares -Bodegón 606 y Club Deportivo Félix Marino- celebran el vigilante como un ritual que no puede faltar al final de una buena comida.

Bodegón 606: el sabor del oeste bonaerense

Con tres locales en el oeste del conurbano -Merlo, Ramos Mejía e Ituzaingó-, el Bodegón 606 es sinónimo de comida abundante, recetas de siempre y una atmósfera sin vueltas. Nació en Merlo, pero el boca a boca lo llevó a expandirse sin perder su esencia familiar.

En su carta conviven platos bien argentinos: guiso de lentejas, locro, pastas caseras y carnes al horno, todos con ese toque casero que remite a los almuerzos de domingo. Pero el broche de oro llega al final, cuando el vigilante se roba todas las miradas entre postres como el flan mixto, los panqueques y el budín de pan casero con dulce de leche y crema.

Ideal para quienes buscan una experiencia auténtica en la gastronomía porteña, el Bodegón 606 abre de martes a domingo, de 12:00 a 00:00, en las siguientes direcciones:

• Necochea 140, Ramos Mejía

• Libertad 606, Merlo

• Gral. Miguel Soler 494, Ituzaingó

Comida abundante, atención de barrio y precios honestos: tres razones por las que este bodegón se ganó su lugar entre los preferidos de los amantes de la comida casera.

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Club Deportivo Félix Marino: espíritu de barrio en Devoto

En Villa Devoto, el comedor del Club Deportivo Félix Marino es uno de esos secretos bien guardados entre los fanáticos de los bodegones. Con mesas compartidas, mozos de toda la vida y porciones que desafían el apetito, este rincón del norte porteño mantiene vivo el espíritu de los clubes de barrio.

Sus platos emblemáticos -pastel de papa, milanesas XXL y pastas caseras- son pura tentación. Pero el momento más esperado llega con los postres, donde el vigilante comparte protagonismo con el flan con dulce de leche, dos clásicos que resumen la dulzura de la tradición argentina.

Además, el lugar ofrece descuentos del 10% en almuerzos y hasta 30% en cenas, según el día y el método de pago, lo que lo convierte en una opción tentadora tanto para vecinos como para quienes buscan dónde comer en Devoto sin gastar de más.

Dirección: Habana 4568, a pocas cuadras de la estación F. Moreno (línea San Martín) y con fácil acceso desde la Av. General Paz.

Un clásico que nunca pasa de moda

El vigilante no es solo un postre: es un símbolo de identidad porteña. En una ciudad donde los bodegones siguen marcando el pulso de la cocina tradicional, este plato simple y nostálgico se mantiene como el final perfecto de una buena comida.

Ya sea en una mesa del oeste o en un club de Devoto, estos dos restaurantes en Buenos Aires demuestran que la gastronomía porteña sigue viva en los detalles: en una ración generosa, un mozo con oficio y ese pedazo de queso con dulce que nos hace sentir, aunque sea por un rato, como en casa.