15/08/2025

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Papas al horno con queso: el acompañamiento estrella que enamora en cualquier mesa

En la gastronomía porteña, las papas al horno con queso son una guarnición que nunca falla. Ideales para acompañar carnes, pollo o para disfrutar solas, se preparan rápido y con pocos ingredientes. Descubrí el paso a paso y los secretos para que queden doradas, tiernas y llenas de sabor.

La guarnición que siempre gana

Si hablamos de clásicos en la cocina, las papas al horno ocupan un lugar de honor. Versátiles, económicas y queridas por todos, se adaptan a cualquier menú. Pero cuando les sumamos queso, alcanzan otro nivel: sabor más intenso, textura más cremosa y ese gratinado que las vuelve irresistibles.

Ingredientes para conquistar paladares

Para preparar unas papas al horno con queso que hagan historia, solo necesitás:

  • 1 kilo de papas

  • 100 gramos de queso rallado

  • 3 cucharadas de aceite

  • 3 dientes de ajo picados

  • Perejil fresco

  • Sal y pimienta negra al gusto

Paso a paso para un éxito asegurado

  1. Preparar las papas: Lavá bien y cortá en rodajas finas, de aproximadamente medio centímetro. Podés dejar la piel o retirarla según tu preferencia.

  2. Hacer el aliño: En un bol, mezclá el aceite, el ajo, la sal, la pimienta y parte del queso rallado.

  3. Integrar todo: Sumá las papas a la mezcla y asegurate de que queden bien cubiertas con el condimento.

  4. Hornear: Acomodá las rodajas en una bandeja aceitada, sin que se superpongan. Cociná 20 minutos a 200 °C, giralas y horneá otros 15 minutos.

  5. Gratinar: Espolvoreá el resto del queso y llevá al horno 5 minutos más hasta que se forme esa capa dorada y tentadora.

  6. Servir: Presentá con perejil fresco y, si querés, acompañá con un dip a elección.

Secretos para que queden perfectas

  • Generosidad en el aceite y las hierbas: Un buen chorro de aceite de oliva y hierbas frescas como romero o tomillo potencian el sabor.

  • Corte parejo: Rodajas del mismo grosor garantizan una cocción uniforme.

  • La papa ideal: Las variedades con alto contenido de almidón, como la Russet, logran una corteza crocante y un interior suave.

  • Horno bien caliente: Trabajá a 200-220 °C para lograr dorado rápido sin resecar.

  • Remojo previo: Dejar las rodajas en agua fría por 30 minutos ayuda a quitar el exceso de almidón y mejora la textura crujiente.

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