09/06/2025
En una esquina del centro porteño, Los Galgos se impone como un templo del sabor y la memoria gastronómica. Fundado en 1930 y recuperado por el equipo de Julián Díaz, este bar notable ofrece una cocina que respeta la tradición argentina con platos como guiso de lentejas, revuelto gramajo y buñuelos de acelga. A esto se suma una coctelería de autor que rinde tributo al recordado Ariel Lomban. Un lugar donde cada bocado revive una historia.
¿Dónde se comen uno de los mejores guisos de lentejas del centro porteño? En Los Galgos, claro. Este bar notable -ubicado en la esquina de Lavalle y Callao- no solo forma parte del patrimonio cultural de Buenos Aires, sino que también ofrece una experiencia culinaria que seduce desde lo visual hasta el último bocado.
Fundado por inmigrantes asturianos y bautizado en honor a la pasión de su dueño por las carreras de galgos, este bodegón supo ser refugio de políticos, artistas y bohemios porteños. Desde Arturo Frondizi hasta Troilo y Luca Prodan pasaron por sus mesas. En 2015, tras un cierre que parecía definitivo, Julián Díaz -figura clave del circuito gastronómico porteño- lo reabrió manteniendo su esencia, pero con un toque moderno y cuidado.
La carta de Los Galgos es una oda a la cocina porteña. Sus porciones generosas, la sazón justa y la materia prima de calidad se combinan para dar vida a platos que saben a hogar.
Algunas imperdibles del menú:
Guiso de lentejas: denso, sabroso, con trozos de chorizo colorado que perfuman todo el plato. Ideal para los días frescos.
Revuelto gramajo: crocante por fuera, cremoso por dentro. Un clásico infalible.
Buñuelos de acelga: aireados, dorados, con sabor a cocina de abuela.
Tortilla de papa: jugosa en el centro, dorada en el borde.
Pescado del día: opción ligera pero igual de sabrosa.
Precio promedio por persona: $10.000 a $15.000 (entrada + principal + bebida), aunque el guiso de lentejas ronda los $6.000 como plato único.
Uno de los puntos altos de Los Galgos es su barra. Aunque el querido bartender Ariel Lomban ya no está físicamente, su legado vive en cada cóctel. El vermut tirado, el Negroni y el Spritz son favoritos de la casa y están elaborados con precisión y elegancia.
La ambientación es de época, con paredes revestidas en madera, vitrales, detalles de mármol y vajilla clásica. El servicio es amable, atento pero sin invadir, y la música acompaña sin molestar. Es el lugar perfecto para una cena con amigos, una charla íntima o una pausa gourmet en medio del trajín del centro.
Dirección: Av. Callao 501, barrio de San Nicolás (CABA)
Subte línea D, estación Callao
Colectivos: 12, 24, 26, 37, 115, 124, 146, 150, 180
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